Olha que coisa mais linda/ mais cheia de graça



Es necesario decir que era 31 de enero a las tres de la tarde, más o menos.
Habías escuchado varias veces que Ipanema tenía alguna cosa que otras playas tal vez no. Y… tiene ese no sé qué. (Obsérvese que el no sé qué bien podría responderse dando cuenta de todos los elementos que componen la foto, más todas las cosas que no entraron en la foto, además de toda la materialidad sensitiva que no puede expresarse a través del proceso fotográfico por meras cuestiones técnicas, y ni hablar de lo extra sensorial y toda esa movida extraña; pero contar aquí ese no sé qué resultaría demasiado extenso –por lo poco claro que se presenta).

Extrañamente a esta foto, había sorprendido de Ipanema, llegando a la arena, la gran cantidad de negros contra la poca cantidad de blancos.
Extrañamente a esta foto, las brasileras no son mayoritariamente bonitas.
O sea que ni siquiera la foto habla un poquito acerca de ese no sé qué.

En definitiva lo que el comentador amigo debería notar es que la playa, y lo que en ella acontece, es bonita.

Otto, en gesto de extrema inconsciencia, gestó alitas de lucifer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

linda la playa eh!
garoto de Ipanema